lunes, 18 de abril de 2011

Torturas y tratos inhumanos en Guantánamo

El campo de detención de Guantánamo es una prisión de alta seguridad situada en la Bahía de Guantánamo, en Cuba,  y en poder de Estados Unidos. Este lugar ha sido y es usado por las autoridades estadounidenses para encarcelar a las personas acusadas de terrorismo, en su mayoría procedentes de Afganistán.

¿Por qué nos referimos a él? Pues porque, como bien se viene denunciando desde hace años tanto por particulares como por la ONU, en este lugar se cometen importantes abusos que atentan contra el derecho a la integridad física y moral del que deben gozar todos los seres humanos. La Unión Europea, ya en el año 1987, y a la vista de lo que estos abusos suponían para la sociedad y para el Estado Democrático, decidió que todos firmasen la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.

Pero a pesar de los constantes intentos por acabar con los tratos degradantes hacia otros seres humanos, con un fin que en muchos casos responde al afán de superioridad de una persona sobre las otras, hoy en día siguen siendo una realidad y en Guantánamo encontramos el ejemplo más claro y representativo al respecto.


Podemos decir que los presos de Guantánamo viven en condiciones infrahumanas. Hace años que el Gobierno de Fidel Castro cortó el suministro de agua, estando obligados a beber una agua amarillenta que se produce allí mismo. Pero esto no es todo, sino que además sufren constantes abusos y malos tratos por parte del personal del recinto. El aislamiento es uno de los métodos más empleados para torturar psicológicamente al preso, aislándolo de todo estímulo exterior al que pueda agarrarse para sentirse cerca de los suyos.

A esto se une el waterboarding, que consiste en verter líquido en las vías respiratorias del preso para que sienta una sensación de asfixia, el agotamiento físico,o las posiciones de estrés, que consisten en que el preso se mantenga durante horas apoyado en un músculo hasta que se le desgarren los ligamentos. Pero quizás una de las torturas más degradantes es la utiliza con los presos afganos, que consiste en utilizar el sexo para atentar contra su religión. Así, son interrogados por mujeres vestidas de forma muy sugerente mientras se tocan; posteriormente se manchan las manos de tinta roja, emulando el sangrado menstrual, para luego tocar con ella a preso, pues los musulmanes no se acercan a una mujer cuando tiene la menstruación. Esto hace que los interrogados lleguen a un estado de desesperación.

Se ha llegado a tal punto que determinadas personas se han hecho pasar por los abogados de los presos para sacar información, violando el carácter confidencial que tienen las declaraciones hechas al abogado por su representado.

El artículo 609 de nuestro Código Penal prohibe la tortura en nuestro país, también prohibida en muchos otros. ¿Por qué entonces hoy en día se siguen cometiendo este tipo de abusos? ¿Podemos hablar realmente de un Democracia o es esto todavía una utopía? Es una cuestión digna de reflexión.

1 comentario:

  1. Creo que una persona aunque esté privada de libertad por haber cometido algún delito no debe sufrir las vejaciones a las que están sometidos en esta prisión. Creo que estais desarrollando un gran trabajo tratando un tema tan importante. Felicitaciones

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